Esperanza

Treinta y siete días de confinamiento en casa sin poder salir a ningún sitio… todos nuestros planes para un futuro próximo anulados o pospuestos! Soy Senior y estoy incluida en el grupo de “población de riesgo”.

Mirando las noticias sobre la incidencia del maldito coronavirus sobre todo en Europa, me parece todo tan irreal, como si estuviéramos viviendo una de esas películas catastrofistas en las que el mundo está siendo atacado por algún ser extraterrestre o algo similar!

En estas circunstancias, procuro seguir las recomendaciones de alguno de los psicólogos que he escuchado por la radio y utilizo  recursos que me ayudan a sobrellevar la situación de incertidumbre y a veces ansiedad. Uno de estos recursos, considerando cuanto me gusta viajar, es recordar los sitios visitados más recientemente y echo una ojeada a las fotos tomadas y que ahora aprecio y valoro todavía más al revivir los buenos momentos pasados.

Y recuerdo el viaje que hicimos el año pasado, más o menos por estas fechas, a la Toscana y La Umbria, en la Italia tan castigada por el virus! Cuando veo las calles desiertas, con todos sus monumentos cerrados en Padua, Verona, Florencia o Venecia, no parecen las mismas ciudades llenas de vida, arte, color, su gente tan alegre, turistas por todas partes… que he visto y sentido, es todo tan irreal!

Hicimos un viaje precioso, organizado con ilusión y esmero, recogiendo de aquí y allá información sobre sitios que no habíamos visitado en viajes anteriores, en fin, un recorrido bonito y completo y eso que el tiempo no ayudó porque estuvo lloviendo la mayor parte del viaje e hizo frío. Pero no nos desanimamos y cumplimos nuestro programa.

Llegamos a Bolonia en avión y alquilamos un coche para nuestro recorrido que comprendía Padua, Venecia, Verona, Lago di Garda (y Sirmione, pequeña península que penetra en el lago de Garda con un casco antiguo y un castillo medieval), Módena, Parma (ciudad en la que una de mis hijas  vivía por entonces), Florencia, San Geminiano, Siena,

Assis, Rímini (ciudad natal de mi admirado Federico Fellini) y vuelta a Bolonia para regresar a Madrid.

Fue un viaje estupendo del que guardo unos recuerdos inolvidables que ahora me consuelan y sirven de estímulo para mantener la esperanza y la ilusión en que esta pesadilla termine pronto y podamos seguir con nuestras vidas, abrazar a nuestros seres queridos, nuestros amigos, poder pasear,  ir al cine y al teatro, continuar en fin con las actividades que tanta felicidad y satisfacción nos producen!

Ánimo, ya falta menos y volveremos a reencontrarnos con más fuerza e ilusión!! 

Carmen Camargo