Viajar en tiempos de crisis

En la Grecia clásica se daba gran importancia al ocio y el tiempo libre lo dedicaban a la cultura, diversiones, religión y deporte (Juegos Olímpicos Antiguos en la ciudad de Olimpia).

También los romanos frecuentaban aguas termales (termas de Caracalla), asistían a grandes espectáculos (teatros)  y se desplazaban con frecuencia hacia la costa en verano. El emperador Tiberio, ordenó construir en la localidad italiana de Sperlonga (en la región de Lazio, a medio camino entre Roma y Nápoles, a 114 Km. de distancia de cada una de ellas), un lujoso palacio de verano para evitar los rigores  del calor en Roma.

El turismo como tal, nace en el siglo XIX, como una consecuencia de la Revolución industrial, con desplazamientos cuya intención principal era el ocio, descanso, cultura, salud, negocios o relaciones familiares.

En 1841 Thomas Cook organiza el primer viaje planeado de la historia. Aunque fue un fracaso económico, se considera un rotundo éxito en cuanto a precedente del paquete turístico, pues se percató de las enormes posibilidades económicas que podría llegar a tener esta actividad, creando así en 1851 la primera agencia de viajes del mundo, Thomas Cook and Son.

En 1850, Henry Wells y William Fargo fundaron American Express, que inicialmente se dedicaba al transporte de mercancías y que posteriormente se convirtió en una de las agencias más grandes del mundo.

La Segunda Guerra Mundial paraliza absolutamente el turismo en el mundo y sus efectos se extienden hasta el año 1949. Pero entre 1950 y 1973 se comienza a hablar del “boom turístico”. El turismo internacional crece a un ritmo superior de lo que lo había hecho en toda la historia.

Con la recuperación económica, especialmente de Alemania y Japón, se elevaron los niveles de renta de estos países y surgió una clase media acomodada que se empieza a interesar por los viajes. 

Surge la llamada “sociedad del bienestar” en la que una vez cubiertas las necesidades básicas aparece el desarrollo del nivel de formación y el interés por viajar y conocer otras culturas.

Por otra parte, la nueva legislación laboral que adopta las vacaciones pagadas y la semana inglesa de 5 días laborales con la reducción de la jornada de 40 horas semanales, potencian en gran medida el desarrollo del ocio y el turismo.

No vamos a extendernos más en la dilatada historia del turismo que desde su nacimiento ha ido creciendo y llegando a casi todas las clases sociales lógicamente con sus altibajos motivados por las sucesivas crisis económicas que han perjudicado, como en estos momentos, a un sector tan sensible.

Y al decir que llega a casi todas las clases sociales, queremos destacar el importante papel que tienen en la vida de los jubilados y pensionistas, la creación de los viajes del IMSERSO y los de las Comunidades Autónomas para los mismos colectivos. Estos viajes han permitido a millones de personas mayores viajar y conocer sitios a los que nunca habían podido ir antes.

En 2020 es difícil encontrar a alguien en nuestro país, que no haya viajado fuera de España con los viajes de su Comunidad Autónoma o dentro del territorio nacional con alguno de los muchos que ofrece durante todo el año el IMSERSO. Y en estos momentos muchos estaríamos ya planificando o realizando alguno de estos viajes u otros muchos que las distintas empresas mayoristas organizan para mayores de 55 años y que se han anulado o pospuesto debido a la situación actual.

Para cuando la “nueva normalidad” llegue, se están oyendo consejos y sugerencias en relación con este tema, sobre los que deberíamos reflexionar. Nos animan a “arrimar el hombro” y quedarnos en España en nuestros viajes y durante el periodo vacacional. Nos dicen que tenemos un afán -quizá exagerado-  de realizar viajes a lugares lejanos (Oriente Medio o Extremo), África o incluso Australia los más atrevidos, cuando no conocemos los lugares más próximos a nosotros, incluyendo nuestro propio país.

Y es muy posible que así sea.

Cuando nos preguntamos el por qué de estos viajes tan largos, es muy probable escuchar/nos: “Hay que aprovechar ahora que tenemos salud y ganas de hacerlo, Europa está aquí al lado y no digamos España!” Y no nos falta razón, pero tal vez este año deberíamos cambiar el rumbo y ayudar a que el sector turístico español se pueda recuperar un poco después de la debacle que está suponiendo la falta de turistas extranjeros que, según cifras oficiales, en 2019 ascendió a 83,7 millones de personas.

Tenemos unas playas maravillosas y comparables con las de cualquiera de los países exóticos a los que volamos un montón de horas y donde nos ponen una pulserita que nos da derecho a casi todo en el “Resort” donde nos depositan. Para los que no gusten de playas, España ofrece unos sitios estupendos de montaña y ciudades y pueblos llenos de encanto y arte  con gente deseosa de complacernos. Por poner un pequeño ejemplo, aquí va un enlace donde podemos ver los “Pueblos más bonitos de España”.

Tenemos una cantidad increíble de Casas Rurales a lo largo y ancho de la Península, una red de hoteles, hostales, pensiones y apartamentos  magnífica y suficiente habida cuenta de que por desgracia este año no habrá tanta demanda.

En fin, el objetivo de estas líneas es ver una parte positiva y amable de la situación tan dura que estamos pasando y tratar de animarnos (quien escribe estas líneas también) para reanudar nuestros planes pero a una escala menor y más modesta y de esta forma contribuir a la recuperación de este sector.

Fuente de información:
Wikipedia.