Confinamiento y «desvinculación»

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos para seguir sin temor por el sendero…

José Saramago – Poema sobre la Vejez

Si tuviéramos que hacer un “plan estratégico” sobre la llamada “gente mayor”, – del que me gustaría hablar algún día en su conjunto – tendríamos que situar como una de las debilidades o amenazas la desvinculación.

Me hubiera gustado empezar estas reflexiones por alguna de la fortalezas y oportunidades, de las que también hablaremos algún día. Pero por el momento que vivimos, quiero plantearme una cuestión a modo de reflexión y de pregunta que nos haremos al final.

Desgranaremos antes algunas ideas básicas obligadamente resumidas.

La desvinculación es un proceso que se produce según se van cumpliendo años y que va acompañada de una disminución gradual del interés por las actividades y los acontecimientos sociales del entorno. Se trata de una dinámica de desarraigo generada por la rotura o disolución de la persona mayor a la red social de pertenencia, separándose de este grupo sin adscribirse a ningún otro.

La jubilación suele ser la primera referencia.

Esta teoría propuesta por Cumming y Henry en 1961, percibe la vejez como un tiempo durante el cual el individuo gradual y voluntariamente se desvincula o va abandonando el interés y el desempeño de algunos roles y estatus. La reducción de la actividad es bien recibida por la persona mayor y considerada como normal. Este proceso es bidireccional, en tanto la desvinculación no sólo se produce desde el sujeto hacia el resto de la sociedad, sino que ésta misma se desvincula de quien “envejece”, por el carácter peyorativo que tiene la “vejez”.

También puede darse de manera definitiva y progresiva, o de manera transitoria, superada por la capacidad de adaptación. La desvinculación puede ser también selectiva: es decir, el individuo puede desvincularse en algunas actividades y vincularse, o “engancharse” a otras. Las respuestas individuales son muy variadas.

Por mi parte considero que la desvinculación puede ir más allá, y se extiende a toda persona en situación de vulnerabilidad, física, psicológica, o social, o afectada por bloqueadores tan importantes como el dolor, el miedo o la fatiga excesiva, por ejemplo. En otra ocasión podremos extendernos más sobre este planteamiento.

Por contra la teoría de la actividad parte de la idea de que las personas de más edad deben mantener su acostumbrado nivel de actividad, y que el grado de vinculación o desvinculación con la sociedad está muy influenciado por los antecedentes de cada uno, así como por el mantenimiento de su capacidad de aprendizaje o de adaptación, ya mencionado.

Se argumenta que el mantenimiento de adecuados niveles de actividad son necesarios para un envejecimiento exitoso. En palabras de Ursula Lehr (1981) esta teoría parte de la hipótesis de que sólo es feliz y se siente satisfecha la persona que es activa, que produce algún rendimiento y que es útil a otros.

Por contra, aquellas que no son o no se sienten «útiles», no desempeñan roles ni funciones relevantes, se sentirán poco ajustadas, inadaptadas e insatisfechas. Estas son las principales ideas, demasiado resumidas y densas, sobre desvinculación versus actividad.

El confinamiento por la actual pandemia tiene muchos enfoques posibles y se puede mirar desde muchos ángulos y puntos de vista.

Será apasionante ir viendo análisis de esta situación tan nueva y tan compleja, y su posible impacto psicosocial, tanto desde perspectivas individuales como sociológicas.

Hoy vamos a centrarnos en nuestro enfoque como personas mayores, sometidas además al temor de ser personas de riesgo, y al eje desvinculación – actividad.

No olvidemos el sustrato más importante en esta dicotomía que seguramente es el de la comunicación, nuestra capacidad para desarrollarla y las formas de hacerlo. Hemos sufrido y estamos sufriendo limitaciones de movilidad, de posibilidades de relación, y la necesidad de descubrir nuevas formas de subsistencia psicológica, social, incluso física. Es decir, nos estamos viendo obligados a la desvinculación “física” y tenemos enormes dificultades para desarrollar muchas de nuestras actividades habituales.

A eso hemos de añadir la necesidad de superar los evidentes obstáculos de comunicación que se derivan de todo ello. Se ha provocado por ejemplo, entre otros muchos fenómenos, el descubrimiento, uso y a veces abuso de las nuevas tecnologías y redes sociales que, a su vez, se mueven sobre códigos completamente distintos de la comunicación personal.

Sólo un apunte más de esta situación: la distinta manera de vivirla. No sólo desde una asunción personal, fundamental, sino también sobre circunstancias objetivas: vivir solo, en pareja o en familia, vivir en ciudad o en pueblo pequeño, en casa grande o pequeña, con jardín o sin jardín… casi tantas variables como personas.

A pesar de todo, y con las ideas expuestas, me planteo la pregunta principal que anunciaba al principio: ¿en qué medida esta situación de confinamiento está facilitando o acrecentando la desvinculación en las personas de más edad?

Y a continuación todas las que tú te quieras hacer y compartir. Te sugiero algunas : ¿Temes sentirte más desvinculado después de esta experiencia? ¿Te preocupa volver a retomar tu nivel de actividad? ¿Sientes que se ha transformado tu capacidad de comunicación? ¿Crees que pueden haber sufrido algún cambio tus valores en la relación con tu entorno? ¿Piensas que el uso de las nuevas tecnologías con distintos códigos te ha provocados algún problema de entendimiento con tus interlocutores habituales?

En definitiva ¿esta experiencia nos obligará a cambiar nuestro “plan de vida” en el futuro? Son sólo algunas provocaciones para tratar de motivarte a escribir.

Anímate y comparte reflexiones sobre este tema u otro. El foro de esta web de la Asociación de Estudiantes Mayores de la UC3M del Campus de Colmenarejo, es un excelente lugar y una gran oportunidad para fomentar el coloquio y el debate sobre temas de interés común y compartido. Este puede ser uno de ellos.

Sacude tu timidez y escribe algo. Siempre le será útil a alguien y seguramente también a ti.

Por mi parte, gracias por la oportunidad de poder compartir estos comentarios, y a ti por leerlos.

Manuel Porras Muñoz Socio