El viento en calma, la mar tranquila, nada presagiaba la borrasca que se iba a desencadenar en unas pocas horas.
La gente paseaba tranquilamente aprovechando la agradable temperatura ignorantes de lo que se les venía encima: la tremenda borrasca que bautizaron con el nombre de Odette, con vientos de más de 100 kms./hora que a más de uno rompió el paraguas y una lluvia torrencial que con el viento formaba cortinas de agua que a falta de paraguas, empapaba por muy protegido que fuera uno.
El mar ya no estaba tranquilo, bramaba con una fuerza impresionante y avasalladora, las olas eran cada vez más altas con sus crestas de espuma y en la distancia, tenían una gran belleza y te hacían sentir insignificante ante esa fuerza de la naturaleza!! Y digo bien en la distancia porque de cerca daba un miedo…!!!
Microrrelato de Carmen Camargo